El conteo fue realizado por el Colectivo de Observadores de Aves y Audubon Society, desde el mes de diciembre. Esta actividad permitirá desarrollar estrategias de conservación de las aves y la vida silvestre de la capital. La actividad contó con el apoyo del Servicio de Gestión Inmobiliaria del Sector Público, Inmobiliar, quien administra el Parque Guápulo, uno de los espacios escogidos por los voluntarios para realizar avistamiento de aves.

En el lugar se contabilizaron 29 especies y 141 aves observadas.

En el parque, la observación de aves tanto para expertos como aficionados se ha convertido en un motivo más para visitar el lugar. En el área es posible visualizar al mirlo, especie con más población dentro del parque, en especial la familia de los turdus fuscater; un ave netamente andina, considerada la más grande en América del Sur, se puede identificar fácilmente por su pico y sus patas que son de color entre amarillo y anaranjado. Mientras, que la tangara azulada, conocida como azulejo de jardín resalta por el azul brillante de sus plumas. También, rondando por los alrededores está el halconcito con su plumaje grisáceo claro que se oculta en el día y aparece en las noches.

Para el Colectivo de Observadores de Aves, los conteos son actividades importantes para conocer y conservar a la fauna debido a la información que generan sobre la diversidad y poblaciones de las aves que habitan en la ciudad de Quito. Además, ayuda a tomar decisiones de planificación urbana para que las personas y las aves vivan en armonía.

Nota:

Entre las variedades advertidas están: cóndor, halcones, quilicos, colibríes, golondrinas, mirlos, canasteros, jilgueros, tangaras, pinchaflores, reinitas americanas, entre otras, convirtiendo al Parque Guápulo en uno de los espacios más recomendados para disfrutar de la avifauna de Quito.